Autores: Francisco S. Jiménez y Ana Míguez
Fuente: El Economista
Los depósitos siguen a años luz de recuperar el atractivo de antaño, pero algo se está cociendo en la banca a la hora de remunerar este tipo de ahorros. Según la última estadística de Banco de España correspondiente a septiembre, las familias han logrado rascar una rentabilidad de media del 0,27%, un porcentaje que puede parecer mínimo, pero que supone un gran salto si se compara con el 0,05% de hace un año. Para ver un interés similar hay que remontarse a marzo de 2016.
Si alargamos más el plazo, pongamos más de dos años, la banca remunera con una rentabilidad de cerca del 1% (0,98%) los depósitos de las familias. Sí, es otro porcentaje pequeño, pero 24,5 veces más si se compara con el nimio 0,04% de septiembre del año pasado. Y es que, hay que volver a agosto de 2014 para ver un porcentaje parecido (del 0,83%).
Pero, ¿qué está pasando en el mercado? La banca está empezando a despertar la captación de pasivo ante el rally de los tipos de interés y lo ha hecho justo después del verano, por varias razones, después de diez años de que este tipo estuviera, prácticamente, muerto por los tipos negativos.
La primera razón es básica y elemental para la banca. El negocio de toda la vida de prestar y captar dinero con tipos negativo es imposible realizar. Con los tipos alza, actualmente se encuentra en el 2% la tasa de financiación, el tipo que aplica el BCE a los bancos cuando piden prestado, y al 1,5% el interés de depósito, la remuneración de la institución a cuando los bancos dejan su liquidez en las arcas del BCE; la banca comercial ya puede jugar como ha hecho siempre a remunerar los depósitos para luego prestarlo a un interés más elevado.
Además, las expectativas para los bancos siguen siendo muy favorables. El mercado anticipa que los tipos de interés llegarán al 3% para el verano de 2023, lo que implican que las entidades tienen margen para seguir subiendo las hipotecas y depósitos.
Por otro lado, el BCE no solo ha endurecido los tipos de interés, también ha recortado las facilidades de financiación de los bancos a través de las operaciones TLTROs (subastas de liquidez a largo plazo con condiciones ventajosas para la banca). Hasta la reunión de octubre la banca podía generar rentabilidad dejando en depósito la cuantía solicitada a través de las subastas de liquidez.
Hasta ahora los bancos tenían liquidez de sobra sin necesidad de recurrir a la captación tradicional de depósitos. Y por último, tras el verano, el sector suele embarcarse en una ofensiva comercial para captar nuevos clientes. Los depósitos y las cuentas remuneradas siempre suelen ser un gancho ideal para aumentar su base de cliente.
Reclamos que ya pueden verse en los escaparates de los bancos y no solo de los pequeños. Después de verano, Sabadell y Bankinter anunciaron remuneraciones del 2%. El último en sumarse ha sido ING. El banco neerlandés ha lanzado dos nuevos ‘Depósitos Naranja’ a plazo fijo, uno de ellos a 12 meses al 0,60% TAE y otro a 18 meses al 0,85% TAE.
El escenario también ha cambiado radicalmente para la liquidez de las empresas. La banca comenzó a penalizar a los depósitos de las compañías, a partir de enero de 2019. Aunque no trasladaron del todo los tipos negativos, que llegaron al -0,5%; se llegó a aplicar el -0,31% a los depósitos de hasta un año en plena pandemia.
Coincidiendo con la salida de tipos negativos del BCE en junio, la banca dejó de castigar la liquidez de las empresas y comenzó a remunerarla de manera muy tímida. Pero en septiembre, las condiciones recogidas por las estadísticas del Banco de España apuntan un incremento significativo. De media, al pasivo empresarial se le aplica de media un interés del 0,63%, frente al 0,12% de agosto. Incluso llega al 2,3% para plazos entre uno y dos años, intereses que se aplicaban en 2012.