Los caseros huyen del alquiler: crece el número de propietarios españoles que vende su vivienda para evitar impagos de inquilinos

El mercado inmobiliario español sigue mostrando cómo el desequilibrio entre oferta y demanda no solo se explica por factores económicos, sino también por la creciente desconfianza de los propietarios hacia el alquiler. Un estudio reciente de Fotocasa revela que casi uno de cada cuatro propietarios (23%) decide vender su vivienda para evitar los problemas asociados al cobro del alquiler. Es un dato significativo: ocho puntos más que hace un año, convirtiéndose ya en el tercer motivo más frecuente para optar por la venta en lugar del arrendamiento.

A este incremento se suma otro indicador revelador: también crece el porcentaje de propietarios que temen que los inquilinos puedan causar daños en la vivienda, un motivo que asciende hasta el segundo puesto de la lista. Aunque las razones personales siguen siendo la causa principal (31%), el aumento de la preocupación por los riesgos asociados al alquiler muestra una tendencia clara.

Según el informe “Experiencia en compraventa en 2025”, esta dinámica está generando un “círculo vicioso”: el miedo reduce la oferta disponible en alquiler, lo que a su vez eleva los precios en un mercado donde la demanda es alta y la disponibilidad insuficiente. El resultado es un mercado cada vez más tenso, con precios en máximos históricos.

El informe también señala otros motivos relevantes. Un 25% decide vender para adquirir otra vivienda, mientras que un 13% afirma que los beneficios fiscales no compensan los riesgos que implica tener inquilinos. Apenas otro 13% reconoce que vende porque los precios están subiendo, lo que indica que el contexto de mercado influye menos que la percepción de riesgo.

El problema, según María Matos, directora de Estudios de Fotocasa, es que la preocupación por impagos, daños o incluso ocupaciones está determinando el comportamiento de los propietarios, reduciendo la oferta de alquiler en un momento especialmente crítico para el acceso a la vivienda.

En paralelo, la otra cara del mercado —la demanda— muestra un patrón igualmente interesante. La compra sigue siendo vista como una apuesta estratégica: el 37% de quienes prefieren comprar lo hacen por inversión a largo plazo, y un 36% porque consideran que la vivienda es un “seguro para el futuro”. A ello se suma un 28% que cree que alquilar es tirar el dinero, y un 23% que percibe la compra como una forma de crear patrimonio.

El resultado es un mercado donde propietarios y compradores responden al mismo estímulo: la seguridad financiera. Unos venden por miedo, otros compran precisamente para blindarse ante la incertidumbre. Y ese choque de comportamientos sigue alimentando la tensión que caracteriza el mercado de la vivienda en España.