Fuente: elEconomista.es
El fallecimiento de un familiar o un allegado muy cercano es, por motivos obvios, un momento traumático que además está cargado de trámites que hay que asumir en una situación en la que podemos estar descentrados o con la cabeza en otros asuntos.
Es por eso que, llegado el momento, hay que tener conciencia de la necesidad de hacer ciertos trámites si, por ejemplo, el fallecido nos deja una herencia. Porque la recepción de esos bienes o recursos heredados implica ciertas obligaciones como el pago de determinados impuestos.
¿Por qué hay que pagar impuestos cuando se recibe una herencia? El contribuyente puede pensar que es injusto porque, al fin y al cabo, se trata de una decisión en la que no tiene iniciativa alguna (la de que una persona que fallezca decida darle parte de su herencia), pero la explicación es lógica e irrefutable: el aumento de patrimonio de una persona es tributable.
No todas las circunstancias son iguales, ya que los impuestos a pagar en caso de recibir una herencia dependerán de lo que el contribuyente herede. El Instituto BBVA de Pensiones ha explicado en su página web cuáles son los tributos que se pueden pagar en el caso de recibir una herencia:
En este caso es sencillo: es obligatorio su pago para poder recibir la herencia, ya que grava el aumento en el patrimonio del contribuyente al beneficiarse de ella. Es un tributo autonómico, por lo que su cuantía dependerá de la región en la que el heredero resida.
El Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas aparece implicado en tres tipos de situaciones:
-Si se heredan acciones o fondos de inversión que posteriormente se venden se tributará como ganancia patrimonial. Aquí habrá que considerar el importe de la compra más el valor abonado en concepto de Impuesto de Sucesiones.
-Si se heredan planes de pensiones o planes de previsión solo es necesario declararlos en el caso de que se decida su rescate. Si es así, se considerarán rendimientos del trabajo.
-Si se heredan seguros de vida a través de un cónyuge en un régimen de gananciales habrá que declarar rendimientos de capital mobiliario por la mitad del importe del seguro.
Este impuesto se tendrá que abonar cuando una persona herede un seguro de vida que fue suscrito por otra que dejó como beneficiario del mismo a sus hijos en caso de fallecimiento del cónyuge.
Este tributo, de carácter municipal (lo gestionan los ayuntamientos) toma en cuenta el cambio experimentado en el valor de lo heredado en los últimos 20 años.