Autora: Pablo Allendesalazar
Fuente: El Periódico
La acelerada y sin precedentes subida de tipos de interés con que los bancos centrales están intentando frenar la espiral inflacionista está truncando un número relevante de adquisiciones de vivienda con pérdidas económicas para los frustrados compradores. Así lo ha advertido este miércoles el Juan Fernández-Aceytuno, consejero delegado de Sociedad de Tasación: «Se están cayendo muchísimas compras en arras (vivienda usada), y compras sobre plano (vivienda nueva) que se habían señalizado se están perdiendo por gente que no puede pagar la vivienda por el incremento de los tipos».
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El Banco Central Europeo (BCE) ha elevado el precio oficial del dinero en 2,5 puntos desde el pasado julio, al 2,5% y en el ritmo más rápido desde su creación en 1999. Anticipándose a ello, el euríbor (tipo al que se prestan los bancos entre sí) se ha disparado desde el -0,502% de diciembre de 2021 al 3,018% del mes pasado, lo que a su vez ha arrastrado al alza al precio de las hipotecas de los bancos. El tipo medio de los nuevos créditos para la compra de vivienda se ha doblado, desde el 1,38% de finales de 2021 al 2,7% del pasado noviembre, un fuerte incremento que está haciendo que muchas familias tengan que desistir de operaciones que ya tenían comprometidas y señalizadas.
«Normalmente, una vivienda nueva se compra sobre plano o en construcción, y pasa una media de 18 meses a dos años desde el momento en el que se compra la vivienda en caseta a que se lleva a escritura, notario y se financia con préstamo hipotecario. En esos dos años han pasado muchas cosas. Alguien que ha comprado una casa hace dos años, a lo mejor ahora no la puede pagar, no la puede financiar, porque había calculado que la iba a pagar con un préstamo a tipo fijo al 0,8%. Si eso te lo pasan a un tipo al 4%, la situación es muy diferente», ha explicado Fernández-Aceytuno.
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De cara a este año, el encarecimiento del precio del dinero va a provocar este año «mucha más negociación» en las compraventas de vivienda usada, según ha pronosticado el ejecutivo en un encuentro con la prensa: «La gente no se fija tanto en el precio total de la vivienda como en la casa que puede pagar en función de la financiación a la que puede adquirir». En las viviendas nuevas, en cambio, no se va a notar tanto este efecto, ya que la oferta es «muy limitada», con lo que el poder de negociación de los compradores es menor que en las de segunda mano, en las que hay «más oferta que demanda».
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Fernández-Aceytuno, en esta línea, ha proclamado que el «ciclo inmobiliario está agotado», tras los ocho años habituales más la «prórroga el covid». Así, ha afirmado que el número de transacciones e hipotecas está cayendo claramente: «Lo estamos viendo en las tasaciones que hacemos día a día, lo vemos en tiempo real, desde noviembre aquí se ha notado un bajón considerable en la demanda de vivienda».
A ello está contribuyendo que los bancos «están endureciendo las condiciones de financiación, porque es lo que hacen en momentos de cambio de ciclo». Así, ha enumerado, las políticas de riesgo se hacen más restrictivas, las tasaciones «se miran con lupa», las cuotas hipotecarias de entrada se duplican por la subida de tipos, la renta disponible de las familias ha caído por la inflación, y las entidades van a tener menos liquidez porque el BCE va a retirar 2,1 billones de euros del mercado en los próximos meses, adicionales a los cerca de 400.000 millones ya drenados.
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A su juicio, todo ello va a provocar un ajuste en el precio de la vivienda usada, cuya intensidad dependerá del tiempo que duren los tipos altos y de la evolución del empleo. En cambio, los de la vivienda nueva, cuya cuota de mercado es de solo el 12%, se mantendrá o incluso subirán por la escasez de oferta. El año pasado, según las estadísticas de su firma, las casas de segunda mano se encarecieron un 3,2% de media, mientras que las a estrenar lo hicieron en un 7,1%.
Otra consecuencia del incremento de tipos y de la imposibilidad de comprar vivienda para muchos hogares es que el alquiler «puede ser el protagonista del año 2023». En este sentido, Fernández-Aceytuno ha descartado que la limitación legal de las subidas de las rentas al 2% haga que los propietarios dejen de poner la vivienda en el mercado, si bien ha apuntado que tiene otros efectos.
«Para un alquiler de 1.500 euros, son 30 euros, no creo que nadie deje de alquilar porque no puede subirlo 60 o 90 euros. Pero sí vamos a ver trasvases a vivienda vacacional, acuerdos entre las partes con subidas mayores y ofertantes que sacan sus viviendas al mercado a precios más altos porque prevén que en los próximos 15 años no van a poder subirlas», ha apuntado.